
¿VINO PABLO A ANULAR LA CIRCUNCISIÓN PARA LOS GENTILES?
Estamos buscando las respuestas a esta serie de preguntas que aparecen a lo largo de nuestro caminar en la fe, en la Palabra de Dios.
El tema de la circuncisión es un tema sumamente largo, llamado en hebreo “Brit Mila”, que requeriría varias sesiones de estudio, pero vamos a tratar de enfocarnos en responder en concreto esta pregunta y en el por qué se ha generado, ya que es un tema también sumamente controversial solamente en el ámbito gentil / cristiano.
¿CUÁL ES LA BASE DE ESTE MANDAMIENTO?
Siendo honestos, nos damos cuenta de que este mandamiento no tiene ningún conflicto para los judíos. No hay ningún judío, al menos que yo haya sabido, que conozca o del que me hayan hecho mención, que esté en contra de la circuncisión. Esto es algo con lo que, prácticamente, todos los judíos nacen, sienten y tienen. No es algo que se cuestionen. Aun los judíos reformistas, yo creo que, por mayoría, aceptan este mandamiento por todo lo que implica.
La base de este mandamiento y su principio está en la Torá en Génesis 17:10-14:
“Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros. Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros. Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje. Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo. Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.” (Génesis 17:10-14 RVR60).
No me voy a detener a examinar tan minuciosamente este pasaje, porque ya lo haremos en su momento en otra pregunta. Aquí el famoso pacto que hace el Eterno con Abraham, que es, además, la base bíblica para este mandamiento.
En el cristianismo se da por entendido que Pablo vino a traer una reforma sobre la “Torá” (Ley) y, entre esos cambios, está la anulación del mandamiento del “Brit Mila” específicamente para los gentiles. La interpretación cristiana sobre la circuncisión es que no hay ningún problema para los judíos, los cuales se deben seguir circuncidando al octavo día. Pero, que un adulto gentil se tenga qué circuncidar, es ahí donde dicen NO. Eso no lo enseña Pablo. Él nos vino a enseñar que Cristo vino a cambiar la ley y a modificar el mandamiento.
Ahora, si tenemos que enfocarnos y, no se trata de encontrar un chivo expiatorio que, en este caso, sería Pablo. Pero, es exclusivamente a él y a ningún otro de los discípulos o autores de toda la Biblia, ya fuera Profeta o Salmista, a ninguno de ellos, se le atribuye que expresara que la circuncisión ya no está vigente para los gentiles. Únicamente el Apóstol Pablo, por lo que ha sido objeto de estudio, análisis e interpretación. Por supuesto que, tenemos que analizarlo con mucho cuidado.
Para comenzar, si consideramos que Pablo vino a interpretar que ya no hay que circuncidarse, en el caso de los gentiles, sería una clara oposición a las enseñanzas de Yeshua, una franca rebeldía en contra de lo que Yeshua declaró y en contra de Su autoridad. En Mateo 5:17 leemos:
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.” (Mateo 5:17 RVR60).
Y como no han pasado el cielo y la tierra, por tanto, ni una jota ni una tilde deben de pasar, es decir, se va a saltar de la “Torá”. Todo se va a cumplir y el punto principal es que nos vino a decir: “No piensen, que no se les ocurra, que no pase por su mente que, en algún momento, yo vine a abrogar, cambiar, o a cancelar la ley, ¡de ninguna manera! Este versículo es muy importante en este sentido, porque de otra manera, pensaríamos que Pablo debería caer en una contradicción, por lo que, necesariamente, hay otra posible interpretación.
¿FUE LLAMADO ALGUNO SIENDO INCIRCUNCISO? “¿NO SE CIRCUNCIDE?”
Ahora, ¿dónde se basa la teología cristiana y la gran mayoría de las denominaciones cristianas, incluyendo la católica, que Pablo vino a enseñar que ya no hay que circuncidarse?
Vamos a leer algunos pasajes específicos de donde se toma esta idea. Vamos a analizarlos con otra perspectiva, en el contexto hebreo y considerando el pensamiento de Pablo, no como un cristiano, sino como un judío, un rabino y en el mundo en el que él se desenvolvía. Leamos: 1ª Corintios 7:18-20:
“¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.” (1ª Corintios 7:18-20 RVR60).
Este es, prácticamente, uno de los tres pasajes, donde se le atribuye a Pablo la idea de que ya no hay que circuncidarse. Él hace la pregunta dentro del texto: ¿fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. ¿Realmente, se referiría a eso? En este pasaje él está hablando sobre ciertas situaciones sociales que se estaban viviendo en la comunidad de corinto y, qué gran parte, tenían que ver con el matrimonio. Pero, hay un punto central que maneja Pablo en este capítulo y es que, para él, la venida del Señor está más cerca que nunca y, eso es lo que nos debería de apremiar y lo que debería de tenernos más interesados y enfocados en nuestra vida diaria. Más que estar pensando en cosas como casarse, ya que la venida del Señor apremia y es mucho más importante. Hay que entender que esa era la perspectiva de Pablo en ese momento, eso era lo que él creía. Y, en el verso 18, parece estar muy claro, muy sencillo. Pero, si solo nos quedamos con esto y dejamos de ver la Biblia como un todo, es muy fácil quedarse con ciertos versículos y pensar que son la verdad absoluta.
Insisto, en esta parte de este capítulo, de este pasaje, las cartas de Pablo, el pensamiento de Pablo, tienen que estar alineados a la Torá y a lo que enseñó su “Rabí” (Maestro) que es Yeshua y, no puede bajo ninguna razón o circunstancia contradecirlo. Por lo que, debemos de pensar, que, tal vez, pueda referirse a algo más allá que la literalidad de lo que está escrito.
¿Qué quiso decir Pablo en los versos 19 y 20? Vamos a tratar de abordar esta perspectiva y recordemos algo, en los tiempos de Pablo, ¿qué implicaba la circuncisión? La circuncisión de un adulto gentil para los días de Pablo y de los judíos, en su entendimiento, era sinónimo de una conversión. Por eso, no debemos tomar este pasaje en todo el sentido de la literalidad. Porque, como dice el verso 19, la circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es. Tenemos que entender que la circuncisión representaba, más allá del proceso quirúrgico, que era parte de un proceso de conversión. Como si lo llamáramos un trámite para que una persona pudiera adquirir una nacionalidad diferente a la suya y, por lo tanto, debiera realizar ciertas gestiones y cumplir con ciertos requisitos. Entonces, si un gentil quería acercarse al Dios de Israel, entrar a una sinagoga y quería ser parte de la comunidad para celebrar “shabat” (día de reposo) y las fiestas, tenía que llevar a cabo este proceso que incluía la circuncisión como un requisito.
Recordemos, no había Biblias impresas como hoy las tenemos. Las personas no sabían leer, los gentiles mucho menos podían tener acceso a una Biblia hebrea, pues estaban en manos de la comunidad judía y de unos cuantos solamente. Por lo que estaba sumamente limitado. Entonces, si tú, en los días de Pablo, querías aprender la Torá y del Dios de Israel, tenías que llevar el proceso de circuncisión que llegó a ser tan importante y tuvo tanto peso que, prácticamente, se le vio como el elemento simbólico y representativo de la conversión. Así qué, cuando Pablo habla acerca de este tema, siempre lo hace en situaciones de judíos y gentiles. Ya que, como rabino, no necesitaba enseñar nada sobre esto a los judíos porque ellos ya lo hacían. La circuncisión era la forma de ingresar a una comunidad. Lo mismo sucedía con los judíos, pero al octavo día en que, al realizarla, le daban la bienvenida oficial al bebé a esta comunidad. De hecho, se acostumbra que en el día de la circuncisión se le asigne su nombre, ya que este representa su rol e identidad. Lo mismo sucedía en los días de Pablo. Para la escuela de Shamai, que era la que tenía el control de la enseñanza y era ultraortodoxa, no solo era hacer el “Brit Mila” como tal, sino cómo y con quién se hacía. Una persona no podía circuncidarse por sí misma, como lo hizo Abraham, porque no lo hubieran validado. Tampoco con una persona que no fuera “mohel” (especialista con un conocimiento profundo del procedimiento del mandamiento), ellos tenían el sello oficial que determinaba quién era judío, quién entraba y quién no. Mientras la persona no pasara por el procedimiento que ellos tenían, consideraban que su proceso no era válido, que la persona seguía siendo incircuncisa y, por tanto, gentil.
¡Qué curioso! Porque es el mismo procedimiento hoy en día, no hay nada nuevo debajo del sol. Hoy, no cambia nada. Tú puedes acercarte con alguien que haya hecho su conversión y puedes preguntarle sobre su experiencia y, te va a decir exactamente lo mismo. Incluso, una persona ya circuncidada, quiere hacer su proceso de conversión, le hacen un piquete ahí, para que por lo menos se derrame una gota de sangre porque el pacto involucra sangre. Para los judíos, es como si no sirviera o no fuera válido si no lo hacen ellos mismos. Así que, ¡no ha cambiado nada! Es increíble como la Biblia sigue siendo tan vigente hoy como en los días de Pablo, las situaciones no son nada diferentes.
Entonces, si entendemos hoy, cuáles son los procesos de conversión y estos detalles, entiendes perfectamente la situación con Pablo. Pero, si logramos entender la situación con Pablo, en el tema de la circuncisión, también lo vamos a entender en la actualidad. Decía yo, que esta escuela del Rabino Shamai, la cual tenía fama de ser muy rigorista y estricta con los gentiles, llevaron a tal punto el tema de la circuncisión, que decían que aquel que no la tenía, estaba excluido prácticamente del reino de los cielos.
Hay un testimonio de lo que acabo de mencionar y de cómo estaba la situación en referencia a lo rigorista, el grado de importancia y de peso que se le daba a la circuncisión en Hechos 15:1-2:
“Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.” (Hechos 15:1-2 RVR60).
Leemos que se armó la discusión, la rencilla, porque cuando Pablo y Bernabé se dan cuenta de lo que están predicando estas personas, dijeron: No, momento. Esto no es así. Y fue tan trascendental esta discusión que no llegaron a ningún acuerdo y decidieron que tenían que discutirlo con el “Sanedrín” (Consejo supremo de los judíos, que trataba y decidía los asuntos de estado y de religión) de Yeshua y suben a la ciudad, donde se lleva a cabo el concilio de Jerusalén, que es la reunión con los líderes para definir y evaluar las acciones que van a tomar con respecto a los gentiles.
Sigamos leyendo para no perder el hilo de lo que está tratando de decir Pablo en el pasaje de 1ª Corintios 7, al decir: la incircuncisión nada es, la circuncisión nada es… ¿A qué se refería entonces? Como decíamos, el “Brit Mila” era visto como una nueva identidad para el converso, se le daba un nuevo nombre y era recibido en la comunidad. ¿Por qué Pablo hace estas declaraciones? ¿Qué tendría de malo que un gentil se circuncidara? No tiene nada de malo y, tampoco dice que sea malo en sí. Esos son pequeños detalles que debemos considerar porque, a veces, hay hasta prejuicios dentro de comentarios cristianos o de teología. Pero Pablo está diciendo que, ahora en el Mesías, somos parte de Israel. Y, ese es el punto principal para entender la carta a los Gálatas. Lo que Pablo está tratando de mostrar es que, ahora en el Mesías Yeshua, somos parte de Israel, parte del olivo natural. También es parte de la enseñanza de la carta a los Romanos, específicamente en el capítulo 11. En otras palabras, dice Pablo: No es el “Brit Mila” lo que nos introduce a los pactos o a las promesas, sino la fe genuina en el Mesías. Y con esto, Pablo no está invalidando el mandamiento. Está haciendo énfasis en que no es necesario como un elemento de conversión y, mucho menos, de salvación.
¿Qué implicaba que un incircunciso pasara por todo este proceso? ¡Significaba que se hacía judío! En otras palabras, lo que dice Pablo es que, no necesitaban hacerse judíos para ser parte de Israel, ni para guardar “shabat”, celebrar las fiestas, ni lo demás. Yo mismo lo acabo de decir, que sólo los judíos. Si, pero también ya había judíos creyentes en Yeshua. Por lo que, se estaban formando comunidades de judíos con gentiles creyentes en Yeshua. Pablo tampoco está en contra del proceso en sí de conversión, lo que sí considera que ha cambiado es la necesidad de la circuncisión como parte de ese proceso de conversión. Eso vendría después. Entonces, si una persona se hiciera el “Brit Mila”, debería sería por el motivo de guardar el mandamiento. Pero no por tratar de encajar en dicho grupo.
Dicho en otras palabras, el verso 18, lo que trata de decirnos Pablo es: “Si vienes de un contexto gentil, no procures la conversión. Porque no es necesaria la conversión. ¿Eres judío? Quédate como tal”. No tienes porqué gentilizarte, ni tratar de hacer lo que algunos judíos helenistas hicieron en la época de los Macabeos, que trataban de revertir la circuncisión. Porque eso, tampoco es necesario. Entonces, Pablo entiende que, dependiendo del contexto en el que nos movamos, vamos a ser más útiles o no para el Señor y no les vamos a forzar. De hecho, él llegó a este entendimiento, pues tomó la misión de ir a los gentiles. Y dice que los discípulos le dieron la diestra: él se iría a los gentiles, a la incircuncisión y Pedro y los demás se irían a la circuncisión, es decir, hacia los judíos.
El punto aquí es muy claro, como sigue siendo hasta el día de hoy que, sigue siendo necesario decirlo y saberlo: “No necesitas hacer una conversión al judaísmo para ser parte del pueblo de Israel”. Hoy menos que nunca, porque tenemos muchísimos recursos y elementos para poder entender y conocer, así como acercarnos al Dios de Israel y formar parte de ese pueblo.
Voy a volver e leer: 1ª Corintios 7:18:
“¿Fue llamado alguno siendo circunciso? Quédese circunciso. ¿Fue llamado alguno siendo incircunciso? No se circuncide. (1ª Corintios 7:18 RVR60)
Es decir, naciste en un contexto o comunidad judía, quédate así. No necesitas renegar de tu judaísmo, ni decir que ahora eres gentil. ¡De ninguna manera! Pero, si naciste en un contexto gentil, es decir, fue llamado alguno siendo incircunciso, no te circuncides. Es decir, NO está diciendo: “No cumplas el mandamiento, sino que, NO lleves a cabo todo este proceso porque no es necesario”. Ya que, finalmente, delante de Dios, dicen los versos 19-20:
“La circuncisión nada es, y la incircuncisión nada es, sino el guardar los mandamientos de Dios. Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.”
Si Pablo estuviera en contra plenamente de la circuncisión, no diría: “Lo que cuenta es guardar los mandamientos”, ya que entre los mandamientos, está el de la circuncisión. Entonces, sería una contradicción. ¿Cómo podemos entender que tanto la circuncisión como la incircuncisión nada es y lo importante es guardar los mandamientos? La frase, lo que realmente implica es: “De nada te sirve ser judío (circuncisión) o ser gentil (incircuncisión), porque somos iguales delante de Dios”. Esto es parte del tema en la carta a los corintios, donde dice: ya no hay esclavo, ni judío, ni libre, ni gentil, ni griego, ni hombre, ni mujer. Somos todos iguales delante de Dios. Por lo cual, adquiriremos la misma responsabilidad de guardar los mandamientos. Eso es lo que, al final va a contar. No que el judío guarde los 613 mandamientos, el gentil los 7 mandamientos de Noé, etcétera. Lo que cuenta al final del día es que los guardes y eso es lo que demuestra nuestra fe. En esto, tenemos la misma responsabilidad.
Por otro lado, decía yo que, si examináramos todo el contexto del capítulo, ¿por qué Pablo lo ve de esta manera?, siendo rabino y judío. No porque no valga la circuncisión en sí, porque es un mandamiento. Si no, porque el proceso de conversión era sumamente largo. Podía llevarse varios años. Y el contexto de Pablo es, no hay tiempo para eso, no te estés preocupando de esas cosas porque el Mesías está aquí a la vuelta.
Dice el verso 20:
“Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.”
Este es el versículo típico que usan para decir: yo como fui llamado en la incircuncisión, así me quedo, siendo bien obediente a Pablo. Y siempre se toma así: si eres incircunciso, entonces no te circuncides, porque en ese estado te llamó el Señor. Sin embargo, si somos consistentes en la interpretación. Si medimos con la misma vara este versículo al que me estoy refiriendo, debemos seguir leyendo los versos subsecuentes. Leamos 1ª Corintios 7:24-27:
“Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con Dios. En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; más doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel. Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que hará bien el hombre en quedarse como está. ¿Estás ligado a mujer? No procures soltarte. ¿Estás libre de mujer? No procures casarte.” (1ª Corintios 7:24-27 RVR60).
Por el verso 24, entenderíamos que en el estado en que hayamos sido llamados, así nos quedemos en el Señor. Entonces si eres un joven que le tocó conocer al Señor a esta edad, olvídate de casarte y quédate soltero, pues en ese estado te llamó. Si te llamó siendo esclavo, pues quédate siendo esclavo. Te llamó siendo libre, quédate libre, etcétera. ¿Qué piensan de esto, los solteros que están leyendo esta respuesta? Como te llamó en la soltería, ¿así te vas a quedar? En ningún momento se ha interpretado que Pablo esté diciendo que no te puedas casar, porque en ese estado de soltería, el Señor te llamó. Por supuesto que tiene que haber una lógica con referencia a la Torá que, tiene como primer mandamiento casarse y formar una familia. Entonces, no está diciendo, ni interpretando Pablo, nada por el estilo. Sin embargo, sí me parece tendencioso que sí se interprete así con el tema de la circuncisión.
Estoy tratando de confrontar estos argumentos, junto con ustedes. Si es el tema de la circuncisión, no te circuncides porque así te tocó. Pero, si eres soltero, entonces puedes casarte porque el Eterno tiene un siervo o una sirva para ti. No hay congruencia. ¿Por qué si se aplica este criterio en la cuestión de la soltería y con la circuncisión no? Una vez más, tenemos que entender el contexto y cómo se veía e interpretaba la circuncisión. ¿Cuál era el entendimiento de lo que representaba la circuncisión en aquellos días? Era mucho más que un simple procedimiento quirúrgico, porque este lo podía hacer otra persona en su casa. La circuncisión era un sinónimo de la conversión al judaísmo. Ya no hay marcha atrás porque ya lo hiciste. Así que, Pablo no está negando el valor de la circuncisión, ni tampoco está instando a los gentiles a no cumplir este mandamiento descrito en la Torá, porque así hayan nacido o así les haya tocado. Lo que está diciendo y lo que están interpretando es: No tienes por qué convertirte al judaísmo, porque ni es más o menos el ser judío, ser converso o no. Lo que importa es el guardar los mandamientos de Dios. Y, un mandamiento te lleva a otro. Al final del día la circuncisión es un mandamiento, por lo que no tendrían lógica las palabras de Pablo. Así que no las podemos tomar literales.
SI TE CIRCUNCIDAS, ¿DE NADA SIRVE EL MESÍAS?
Vamos a analizar otros pasajes más con respecto a esta controversia de la circuncisión. Leamos Gálatas 5:1-3:
“Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. He aquí, yo Pablo os digo que, si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.” (Gálatas 5:1-3 RVR60).
No podían faltar los famosos “galatazos” sobre este tema. Pregunta: ¿de qué nos hizo libres Yeshua?, ¿será que nos hizo libres de la Torá y los mandamientos, incluyendo la circuncisión?
Leamos el Salmo 119:45:
“Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos.” (Salmo 119:45 RVR60).
Yeshua no nos liberó del yugo de la Torá, ni de los mandamientos, porque sería una contradicción a la Palabra misma. Entonces, Yeshua nos hizo libres del pecado, de la esclavitud, del pecado, de las ataduras de los hombres. Generalmente, el término “yugo” que es esa pieza de madera con la cual dirigían a los animales, aplica a la interpretación de la Torá que le daban los rabinos. Era un término de poner un yugo sobre nosotros, como el mismo Yeshua lo dijo, pues usó la misma terminología. Pero aquí Pablo es muy cuidadoso y nos dice: “No estén otra vez sujetos al yugo de esclavitud”. Este yugo de esclavitud no puede ser la Torá, porque ya leímos que andar en los mandamientos es andar en libertad. ¿Entonces cuál es el yugo de la esclavitud? Es la interpretación de la Torá, ya fuera legalista o fuera de la Torá, que los hombres estaban enseñando. Entonces, el yugo de esclavitud son mandamientos de hombre, que no corresponden a la Palabra, son interpretaciones equivocadas de la Torá, que sí son un yugo de esclavitud. Y Pablo nos dice: de eso, nos liberó el Mesías, no tenemos que estar atados (porque el yugo se ataba a la cerviz del animal), sujetos a esa esclavitud.
Entonces dice Pablo y, en ese contexto, cita en el verso 2:
“He aquí, yo Pablo os digo que, si os circuncidáis, de nada os aprovechará Cristo. Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.” (RVR60).
¿Por qué de nada aprovecharía el Mesías? Porque, como decía yo, la circuncisión era vista en el primer siglo, como el pase o ticket al “Olam Haba” (mundo por venir). Entonces, quien no tuviera la circuncisión y fuera hecha conforme a sus reglas, sus ritos, era inválida. Y, hoy en día, es idéntico. Porque un rabino no considera a una persona gentil como parte de Israel, ni salva, si no lleva a cabo el proceso de conversión.
En el caso de los Gálatas hay un interés por ser parte del pueblo y por el Dios de Israel. Pablo les había hablado con anterioridad del Mesías y, de repente, viene este otro grupo para decirles que, la conversión del rabino Yeshua no está validada y que deben hacer la verdadera, la que ellos dicen y, con la que extienden el papel que sí válida su conversión y los vuelve parte del pueblo de Israel. Por eso, Pablo les dice que eso no es así. Les dice: si ustedes se circuncidan, se están desligando del Mesías, no puede haber dos procesos de conversión legales, autorizados y establecidos. ¿Cuál de los dos procesos tiene mayor validez? O ¿Cuál de esos procesos es el que Dios aprueba? El de los rabinos o el del rabino Yeshua de Nazareth que vino a dar su vida por todos nosotros. ¡Esa es la cuestión! Yeshua dijo: “Toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra”. Tengo la carta poder de Dios, tengo el anillo del Padre como se lo puso Faraón a José: Yo tengo la autoridad para decir quién entra y quién no. Entonces, ¿tú crees que una circuncisión hecha por Yeshua no es válida en el reino de los cielos? Porque al final, de eso se trata, no de entrar a una sinagoga, sino que te dejen entrar al reino de los cielos, ¡eso es lo importante!
Entonces, esta gente que estaba tratando de llevar a los Gálatas, al yugo de esclavitud, quería hacerles creer que, si no tenían la circuncisión, no serían salvos. Que era necesaria la circuncisión como parte del proceso de salvación. Y que, además, tenía que ser por un método específico, llamado el rito de Moisés (que ni siquiera se le dio a Moisés, porque vimos que la circuncisión fue dada como mandamiento a Abraham). Y tampoco le dio ningún rito a Abraham, si no un pedernal. Así que no hay ningún rito específico descrito a Moisés, ni en la Torá. Solamente en el judaísmo. Son especificaciones que crearon los rabinos. Y el problema no era ese tampoco, sino que, si el proceso no era hecho como ellos decían, entonces, no tenía validez. Y, no solo es la circuncisión, hay muchos otros aspectos que un judío dice que debe ser como ellos dicen, por ejemplo: guardar “shabat” (día de reposo), porque al hacer determinadas cosas, las consideran transgresión. O el orden de las bendiciones, si no es el de ellos, tampoco valen. Según esto, ellos tienen el sello de aprobación de lo que está bien y de lo que está mal. Por lo que, Pablo y Yeshua, vienen a rebatirlas y a decir: ¡de ninguna manera!
¿Qué estaba sucediendo? La circuncisión estaba dividiendo a judíos y gentiles en ese sentido. Por eso, Pablo dice en Gálatas 5:3:
” Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.” (RVR60).
Aquí no debe ser entendido como la ley de Moisés, sino como esta disposición de leyes que no tiene nada que ver con la Torá, es decir, la ley oral o el Talmud. En el Mesías nosotros hemos adquirido el estatus de nación santa, linaje escogido, pueblo adquirido por Dios. Sin necesidad de una conversión al judaísmo. Pero ¡de ninguna manera! A Pablo se le ocurriría pensar que, con esto, está invalidando un mandamiento de Dios. Además, la idea del “Brit Milá”, no era para un adulto, sino para un recién nacido al octavo día. Por supuesto, que un adulto también lo puede hacer, pero el punto principal de este pasaje, que Pablo nos quiere expresar, es: “todo hombre que se circuncide, buscando la circuncisión como un medio de salvación, entonces, estás rechazando a Aquel que dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre si no es por mí”.
Prácticamente, solo hay dos formas: O tomas el camino que marca Yeshua en la Escritura y en guardar sus mandamientos, o tomamos el camino de conversión establecido por los hombres y guardamos los mandamientos de hombres. Es fuerte y radical la posición que toma Pablo, porque él sabe que de permitir esto o de no hacer nada, se estaría dando y permitiendo una doctrina equivocada que sí contradice lo que dijo Yeshua. Para que quede claro, lo digo porque hay gente que empieza a conocer de Raíces Hebreas, que piensan que la finalidad de esto es que, algún día, hagan su conversión e irse a vivir a Israel y, esa no es la meta. La meta no es ser judío, solo porque un papel lo diga.
SI GUARDAS, ¿ES COMO SI YA ESTUVIERA CIRCUNCIDADO?
Vamos a Romanos 2:25-29:
“Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? Y el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, te condenará a ti, que con la letra de la ley y con la circuncisión eres transgresor de la ley. Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.” (Romanos 2:25-29 RVR60).
Aquí Pablo está haciendo una diatriba, es decir, una autocrítica hacia sus propios contemporáneos judíos. Y, en el verso 26 dice:
Si, pues, el incircunciso guardare las ordenanzas de la ley, ¿no será tenida su incircuncisión como circuncisión? (RVR60).
Es por este pasaje que la gente dice, ahí está, si yo guardo la ley (Torá), no necesito circuncidarme porque es como si ya estuviera circuncidado. Pero Pablo no está anulando, de ninguna manera, lo que Moisés escribió en la Torá sobre los días de Abraham. Una vez más, no está hablando en un sentido literal, ya que la propia circuncisión es parte de los mismos mandamientos. Entonces ¿cómo tenemos qué interpretar esto? Pues, en el contexto y en el entendimiento de que la circuncisión era la conversión al judaísmo, era un sinónimo de ser converso al judaísmo. De hecho, los profetas mismos hablaron de esto y, no en el sentido ni con la intención de anular el mandamiento, sino con la idea de darle al “Brit Mila” el verdadero y real valor que debería tener.
Retomando el verso 25, pongamos mucha atención:
“Pues en verdad la circuncisión aprovecha, si guardas la ley; pero si eres transgresor de la ley, tu circuncisión viene a ser incircuncisión. (RVR60).”
Pregunta: ¿tiene valor la circuncisión o tiene algún provecho tenerla? Veamos como un versículo le da sentido al otro. De acuerdo con lo que dice Pablo, la respuesta es: sí. Sin embargo, hay una cláusula. ¿Cuál es? Si guardas la “Torá” (ley). El “Brit Mila” toma valor cuando efectivamente guardamos los mandamientos. Por eso explica, si no los guardas, esta marca distintiva de este pacto pierde su valor. Si una persona NO tiene esta marca, NO tiene el corte, No tiene la circuncisión, pero guarda la Torá, no por ello va a decir que está exento de circuncidarse o que esta ya no aplica. Porque sería incongruente. Por eso dice: el que físicamente es incircunciso, pero guarda perfectamente la ley, no era considerado como un hombre convertido. En otras palabras, dice: Un gentil, aunque no se haya circuncidado todavía, pero está viviendo conforme a los mandamientos, te va a terminar juzgando a ti. Porque tú, en teoría, tendrías mayor ventaja y provecho porque desde el octavo día ya la tenías.
Lo que está tratando de explicar Pablo a sus contemporáneos judíos y de despertarlos a celos es: Si un “goy” (gentil), guarda la Torá, es como si fuera judío. Y tú, siendo judío de nacimiento y circuncidado al octavo día, vives como un gentil y no guardas Torá, vienes a ser como un gentil.
Una vez más, lo repito: la circuncisión no es necesaria para formar parte del pueblo de Israel. La observancia de los mandamientos es la mejor evidencia de que esa persona ha sido transformada. Un dicho dice: “un mandamiento te lleva a otro mandamiento”, es decir, cuando empiezas a caminar en los mandamientos, eventualmente vas a llegar a otro y así sucesivamente. Y, en algún momento, vas a llegar al de la circuncisión. Y simplemente es un mandamiento más como cualquier otro.
Esto es lo que Pablo quiere expresar a sus contemporáneos judíos en la carta a los romanos, ya que, lamentablemente, la circuncisión se convirtió en un elemento de separación. Como un identificador entre judíos y gentiles. Cuando la idea de Pablo es que, si estamos en Yeshua, si nos hemos convertido a Él, ya no debería haber estas cuestiones de tú eres judío, tu gentil, ya que todos somos uno en Él. No tendríamos por qué sentirnos más o menos. El judío, al nacer en un contexto de Torá, debiera tener mucho mayor provecho porque fue circuncidado al octavo día y ya no se acuerda, siempre y cuando lo sepa aprovechar. No importa que te haya circuncidado el rabino con los mayores estándares en el octavo día, lo que importa es que te mantengas en la fe y que vivas conforme a la Torá.
Yo les invito a que se replanteen este mandamiento con esta perspectiva y que analicemos los versículos leídos y otros más. Lo que verdaderamente nos hace parte del pueblo de Dios, no es la circuncisión. Para los que ya se circuncidaron, no se sientan lo máximo. No eres más salvo ahora que estás circuncidado, que antes que no lo estabas. Lo que cuenta es el arrepentimiento y que hayamos sido transformados por el amor y perdón del Mesías. Y nuestro amor hacia Él se expresa, guardando los mandamientos como Él mismo lo dijo. Entonces, ¿por qué no guardar los mandamientos?
LA SEÑAL DEL PACTO
El “Brit Mila” es una señal como lo leímos en Génesis capítulo 17. Dios le dio a Abraham el pacto de la circuncisión como un distintivo. Por eso, me parece ilógico, que no se quieran circuncidar, pero digan que estamos en pacto con el Eterno. Dicen: yo estoy en el Nuevo pacto que me excluye de estas cláusulas del pacto de Abraham. “Quiero tener el pacto, pero no quiero tener la señal del pacto”. No hace ningún sentido.
Las promesas del Eterno, cumplidas en el Mesías, no anulan, en ningún momento, los pactos hechos previamente. Cuando una persona dice: No a la circuncisión, está anulando el pacto que Dios le dio a Abraham. En Gálatas 3, el mismo Apóstol Pablo expresa: “las promesas que vienen con el Mesías ciertos años después no quedaron abrogados”. Es decir, la Torá no anula el pacto de Abraham. La venida del Mesías no anula la Torá. Este es un principio muy importante que debemos de saber. Por tanto, sería ilógico que Pablo estuviera tratando de enseñar que ya no hay que circuncidarse porque iría en contra de miles de años. No hay una cláusula que diga a los gentiles: esto es una excepción. Sería contradictorio al principio de la Torá misma. Si el Eterno es el mismo Dios de judíos y de gentiles, ¿por qué, de pronto, vendría un cambio en los planes de Dios, solo para los gentiles y solo específicamente para el mandamiento de la circuncisión? Sería incongruente. El judío sí debe seguir haciéndolo porque es judío, pero el gentil no, porque es gentil. No hay una base bíblica para pensar en esto.
TERGIVERSANDO LAS PALABRAS DE PABLO
Vamos a analizar un pasaje más en Hechos 21:17-24:
“Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo. Y al día siguiente Pablo entró con nosotros a ver a Jacobo, y se hallaban reunidos todos los ancianos; a los cuales, después de haberles saludado, les contó una por una las cosas que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Cuando ellos lo oyeron, glorificaron a Dios, y le dijeron: Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley. Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué hay, pues? La multitud se reunirá de cierto, porque oirán que has venido. Haz, pues, esto que te decimos: Hay entre nosotros cuatro hombres que tienen obligación de cumplir voto. Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.” (Hechos 21:17-24 RVR60).
Este es un detalle que nos muestra que Pablo se sujetaba a las autoridades, él va y los busca, tomando la iniciativa para reportarles lo que está haciendo. No era como el llanero solitario, que a veces se piensa de él. Entra a ver a Jacobo, que era el líder de la comunidad. Y en el verso 19, les anuncia lo que Dios había hecho entre los gentiles por su ministerio. Esa era una novedad en aquellos tiempos. Que un gentil se convirtiera y recibiera el Espíritu Santo, era: ¡Wow! Sorprendente y muy extraño. Siempre ha habido interés en los gentiles, pero de pronto estas manifestaciones y este interés descomunal entre tantos gentiles provocó que glorificaran a Dios. No hubo ningún problema porque hubieran sido proselitistas. Pero viene el “chisme” en el verso 21:
“Pero se les ha informado en cuanto a ti, que enseñas a todos los judíos que están entre los gentiles a apostatar de Moisés, diciéndoles que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. (RVR60).”
¿Será casualidad que estas mismas acusaciones que recaían sobre Pablo, sean las mismas de hoy, que dicen que son sus enseñanzas? De dos cosas están acusando a Pablo: 1. De apostatar de Moisés, es decir, que ya no guarden la Torá (es lo mismo que se enseña hoy en las iglesias cristianas). Y 2. Que no circunciden a sus hijos, ni observen las costumbres. ¿Qué podría hacer Pablo? Confrontar a las personas que dijeron eso. Sin embargo, no sabía con certeza quiénes habían sido. Entonces, se les ocurrió a los líderes decirle que, diera evidencia de cómo vivía. (Eso es más fácil: dar testimonio de cómo vives, a lo que dices). Si ven que estás viviendo conforme a la Torá, se van a dar cuenta de que eso no es lo tú enseñas. Y dice el verso 24:
“Tómalos contigo, purifícate con ellos, y paga sus gastos para que se rasuren la cabeza; y todos comprenderán que no hay nada de lo que se les informó acerca de ti, sino que tú también andas ordenadamente, guardando la ley.”
¡Aquí está clarísimo! A Pablo, en ningún momento, se le ocurrió ir en contra de la Torá, andar de manera desordenada o enseñar a los gentiles que ya no guarden Torá, ni que dejaran de circuncidar a sus hijos. ¡De ninguna manera! Por lo tanto, tenemos que reinterpretar los pasajes, donde, aparentemente, Pablo dice que NO hay que circuncidarse.
Es muy feo cuando hablan chismes de ti sobre algo que no dijiste. ¿Qué debemos hacer? Si a Pablo todavía estando vivo, le levantaban falsos, tergiversaban sus palabras. Imagínate dos mil años después que ya no está aquí para defenderse, ni para aclarar nada. De traducción a traducción, a dos mil años de distancia, a miles de kilómetros del lugar y el contexto donde vivió. Totalmente alejados de su situación, es más complicado aún.
Yo creo que, como creyentes, debemos por honor y amor a la verdad, tú y yo debemos saber esto: que Pablo no vino a declarar a los gentiles que no se circunciden. Se han tergiversado sus palabras. Y que la circuncisión, como cualquier otro mandamiento, es una bendición. Hay razones médicas para hacerla. La ciencia ha comprobado que Dios tenía razón y, además, el porqué se tenía que hacer al octavo día. Hay pruebas, resultado de investigaciones, de cómo se disminuyen las probabilidades de ciertas enfermedades venéreas y el cáncer solo por la circuncisión. No se trata de un capricho, no es porque a Dios se le ocurrió nada más.
Solo quiero aclarar un detalle final de esta parte en Hechos 21:25:
“Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.” (Hechos 21:25 RVR60).
Aquí dice que no guarden nada de esto, entonces, que no guarden. Pero no, aquí hay un pequeño gran detalle, así que, los reto a que profundicen más y busquen más versiones de la Biblia. La Nueva Versión Internacional (NVI), la Nueva Traducción Viviente (NTV), la Dios Habla Hoy (DHH), la Biblia de la Américas (LBLA), donde no viene esta parte: que no guarden nada de esto. ¿Por qué no viene? Porque eso cambia totalmente el sentido. Así que, ponle corrector y borra esta frase que no estaba porque no la escribió Pablo. Esa frase fue agregada porque encaja con la teología de “No hay que guardar ya más la ley”. Entonces, los líderes le aconsejan A Pablo, que vean que tú guardas ordenadamente la ley. Nosotros le diremos a los gentiles: que hemos determinado que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación. ¿Por qué? Porque Moisés es predicado cada sábado en las sinagogas, por lo tanto, no hay prisa porque se circunciden. Lo harán, cuando lo entiendan, cuando puedan y quieran, cuando tengan dinero. Porque nadie puede obligar, ni forzar a circuncidarse a nadie. Es algo que la persona tiene toda la libertad de hacer en el tiempo y en el sentir correcto. Como cuando lo hizo Abraham, de manera personal, por haber hecho un pacto con el Eterno, por agradarlo a Él y por obediencia.
Quiero recomendarles un artículo que está en nuestra página web: www.caminoaemaus.com Este artículo se llama: Pablo de Tarso: ¿Judío o Cristiano? Es un análisis del entendimiento y perspectiva que tenemos de Pablo, lo que ha provocado, que muchas veces, se hayan tergiversado sus palabras. Y nosotros tenemos la responsabilidad, por honor a la verdad, de aclarar las cosas. A mí no me gustaría que alguien dijera de mí, algo que yo no dije, que torciera mis palabras y, que mis amigos no dijeran nada, aun sabiendo que no es cierto. ¡No! Tenemos que aclararlo.
Espero que haya sido de bendición esta Respuesta y, de ser así, la compartas para que todos conozcan la verdad.
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